Arabica nació desde un sentimiento profundo que llega sin pedir permiso. Para María José Sorto, ese sentimiento siempre fue el café. Creció rodeada de su aroma, de esas tardes familiares donde una taza significaba pausa, conversación y compañía. Y cuando dejó Honduras para estudiar en el extranjero, ese amor creció.
Entre horas largas en coffee shops de Houston y un semestre en París, descubrió que el café era un lenguaje universal, una forma silenciosa de construir memorias y conectar con otros. Ahí, entre mesas de estudio y conversaciones que se alargaban, se dio cuenta que quería regresar a casa y crear un espacio que transmitiera esa misma energía.
En 2017 decidió certificarse como barista y ver el mundo del café desde adentro la enamoró aún más, pero también se sorprendió al darse cuenta que poco se hablaba del café hondureño. Ese vacío le dio la misión de compartir la magia del café de su país, y con ello, la visión de construir una marca con propósito. Así nació Arabica, un espacio con alma, buenas vibras y buen café.
¿Cómo nació Arabica?
Arabica nace de mi amor por el café y de la creencia de que el café es magia en una taza. Desde pequeña, el café fue tradición en mi familia. Al estudiar en el extranjero, mi amor creció y entendí que el café es una forma de crear memorias y conectar. Quería regresar a Honduras y ofrecer una experiencia única que transmitiera autenticidad, calidad y buenas vibras.
¿En qué momento supo que quería transformar ese amor por el café en una marca?
En 2017 me certifiqué como barista y me enamoré aún más del café. Quería crear un espacio con propósito: empoderar a la mujer y poner en alto el café hondureño, ofreciendo mucho más que una taza. Arabica se describe como un espacio con alma.
¿Qué elementos hacen que la experiencia vaya más allá de una taza de café?
Nuestro lema es simple: buenas vibras y buen café. En Arabica creemos que la energía que compartimos es tan importante como la calidad de cada taza que servimos. Por eso, nuestra misión siempre ha sido crear un espacio donde la gente se sienta bienvenida, apreciada y parte de algo más grande. Arábica no solo es una marca de café; es una comunidad. Desde el día uno, hemos trabajado para generar un impacto positivo en nuestro equipo, en nuestros clientes y en nuestro entorno.
¿Cómo elige los sabores y productos que vender?
Desde el día uno, nuestro menú se ha caracterizado por ser único pero, al mismo tiempo, familiar. Nos encanta incorporar sabores locales y nostálgicos. Inspirada por mis viajes y experiencias, también hemos creado bebidas exclusivas de Arabica, como nuestro famoso latte de sal marina y vainilla con cold foam. En Arabica trabajamos en equipo: probamos recetas juntos, exploramos nuevos sabores y buscamos innovar constantemente.
Su equipo está conformado al 100% por mujeres. ¿Cómo ha sido construir la marca con ellas?
Han sido seis años increíbles. Cada paso de este camino lo he compartido con un equipo de mujeres extraordinarias que aman Arabica tanto como yo. Es una verdadera bendición ver cómo cumplen sus sueños a través de Arabica, crecer junto a nosotras y formar parte de un espacio que les da oportunidades de desarrollo y de mostrar su talento.
Este año, con nuestro nuevo local, nuestro equipo se expandió y, por primera vez, sumamos a dos chicos a nuestra familia de más de 30 mujeres apasionadas.
¿Qué ha sido lo más desafiante y lo más enriquecedor de emprender?
Lo más desafiante fue aprender desde cero todo sobre el mundo del café. Cuando comencé,no sabía nada de la industria y tuve que formarme y crear conexiones en un sector que, en ese entonces, estaba predominantemente dirigido por hombres.
Abrir Arabica en Catacamas,Olancho, fue también un reto porque era un concepto completamente nuevo. No existían coffeeshops que ofrecieran opciones como las que teníamos en nuestro menú y debimos trabajar para fidelizar nuestra comunidad.
Lo más enriquecedor ha sido ver cómo Arabica abrió el camino en nuestra ciudad para más cafeterías de especialidad, creando experiencias únicas y conectando con personas increíbles, apasionadas por el café, de las cuales he aprendido tanto a lo largo de los años.
¿Cómo fue su experiencia participando en Girl Boss 2025?
Fue una experiencia única que me permitió conocer y conectar con muchas mujeres increíbles que tienen emprendimientos llenos de magia y pasión. De Girl Boss me llevo no solo nuevas amistades, sino también la oportunidad de aprender, apoyar y ser cliente de estos proyectos, lo cual ha sido de lo más gratificante y enriquecedor para mí.
¿Cómo imagina el futuro de Arabica en cinco años?
Me imagino Arabica expandiéndose en Honduras y al extranjero, manteniendo autenticidad, empoderando mujeres, fortaleciendo la comunidad y destacando el café hondureño. Cada visita seguirá reflejando buenas vibras y buen café, con innovación y nuevas oportunidades.