Tonos plateados, blanco y negro imperaban esa noche en la residencia de Darío Carrión, que abrió sus puertas para recibir a sus amigos procedentes de Tegucigalpa, San Pedro Sula, Ceiba y Panamá, que llegaron dispuestos a celebrar por todo lo alto su cumpleaños.
Decenas de velas iluminaron todos los ambientes sociales de la residencia, con cómodas salas lounge desde donde se apreciaban estupendas vistas nocturnas de la ciudad. Ahí, los invitados disfrutaron los ritmos electrónicos y pop ejecutados por un experto DJ.
Tatiana Carrión, esposa del cumpleañero, organizó los originales detalles de la celebración en la que los bartenders realizaron shows de fuego mientras servían refrescantes shots, que fueron acompañados por platillos thai preparados por la chef Rebecca Melara.
Un noble gesto del cumpleañero fue solicitar, en lugar de obsequios, aportaciones monetarias que fueron donadas a la fundación Anawin, dirigida por el padre Ovidio Rodríguez, y que otorga becas y uniformes escolares a niños de aldeas remotas.