Como buenos anfitriones, el cónsul honorario de Brasil, Mario Roberto Faraj y su esposa Leyla, ofrecieron una elegante recepción de despedida, a la cual asistieron miembros del Cuerpo Diplomático y Consular acreditado en Honduras y empresarios de San Pedro Sula.
La terraza junto a la piscina fue decorada con varias mesas cuadradas, vestidas con fina mantelería, que hicieron juego con las sillas Tiffany en tono azul oscuro, además de la vajilla y arreglos en bases de cristal y un bouquet con hortensias.
Luego de compartir durante la alegre velada, los anfitriones, como muestra de aprecio y amistad, le obsequiaron a don Breno y Marilia Díaz una hermosa pintura con las figura de una guacamaya, que simboliza a Honduras, y el cotorro Arara Juba, emblemático de la fauna brasileña, del artista hondureño Durón Lanza.
El encuentro se prolongó por varias horas entre amenas charlas y en un ambiente de camaradería diplomática.