Como en los cuentos de hadas, ella nació en cuna de oro y creció en un palacio real, rodeada de títulos, lujos y mayordomos. Princesa de Mónaco y Duquesa de Valentinois, Charlotte Marie Pomeline Casiraghi Grimaldi es la segunda hija de Carolina de Mónaco. Esta joven de ojos melancólicos y de personalidad reservada y tímida, se ha caracterizado por llevar una vida personal alejada de los escándalos y los flashes. Desde muy pequeña se perfiló como una de las princesas que más impacto causaría, y las predicciones no fallaron. Hermana de Andrea y Pierre Casiraghi y de Alexandra de Hannover, ella ha sabido ser digna heredera del porte y la clase del que han sido ejemplo su madre y su abuela Grace Kelly, y del espíritu deportista de su padre, el recordado Stefano Casiraghi. Una combinación perfecta que le ha permitido destacar en todas las esferas posibles. Su pasión hípica, la ha llevado a ser parte del grupo de jinetes más reconocidos a nivel internacional, convirtiéndose así, en la amazona más bella de ese principado. Dotada de múltiples talentos, Charlotte es además apasionada del diseño, el ballet y las comunicaciones. Su interés por el periodismo y la filosofía la llevaron a ejercer la dirección de una revista sobre moda desde el punto de vista medioambiental. Sus créditos han aparecido en publicaciones como Another magazine, The Independent, Above magazine, y además fue la cofundadora de la edición ambiental Ever Manifesto.
Desde hace varios años, Charlotte mantiene una relación amorosa con Alex Dellal, un joven dedicado al arte e hijo del multimillonario iraní Guy Dellal, con quien vive entre los Campos Eliseos en París. Sin embargo, quienes verdaderamente la conocen afirman que ella es mucho más feliz cuando está rodeada de la naturaleza o montando a caballo, que cuando comparte con su novio. Esa gran pasión por la hípica fue la razón por la cual Gucci decidió convertirse en su patrocinadora. Es por eso, que ahora no resulta extraño, ver a los caballos de Charlotte durante las competencias ecuestres muy elegantes, luciendo los símbolos de la marca en los arreos y metales que protegen la boca de los animales, y las cintas en rojo y verde que la caracterizan. Recientemente ella participó en el circuito mundial ecuestre, Global Champions Tour de Valencia, considerado la Fórmula Uno de la hípica. La competencia reunió a los mejores jinetes y amazonas del mundo, que destacaban no sólo por lo deportivo, sino también porque pertenecen a la aristocracia. Entre ellos, Marta Ortega y Athina Onassis. Durante la competencia, la participación de Charlotte se vio resaltada por la publicidad que hizo Gucci. Para esa ocasión, Tintero, su caballo pura sangre, fue su mejor aliado. Charlotte lució un traje diseñado especialmente por la directora creativa de la firma italiana, Frida Giannini; "cuando me senté con ella para diseñar su armario ecuestre hubo una conexión natural y un entendimiento que hizo que trabajar juntas fuera absolutamente perfecto", aseguró Giannini. Por su parte, la princesa dijo que estaba "encantada de trabajar con Gucci, es un momento muy emocionan te para los saltos de obstáculos y estoy honrada de tener a esta firma a mi lado".
Aunque siempre ha tratado de vivir alejada de los medios, lograrlo ha sido tarea imposible. La prensa ha seguido paso a paso su vida. Terminó sus estudios en París y hoy escribe para varias revistas. Es fanática de Chanel y Valentino, al igual que su madre. Se ha vuelto una apasionada de la ecología y recibe mucha ayuda de su amiga Stella McCartney, cuyos diseños son "verdes". En los eventos más elegantes, siempre se le ve de largo, con porte de absoluta princesa, sin mostrar de más y usando las joyas y accesorios más sobrios. No se pierde las pasarelas de París, donde viste de forma muy diferente. No se encasilla en un solo estilo y varía desde vestidos entallados, algunos más holgados, otros más femeninos y a veces, hasta rockeros. No necesita mayor maquillaje pues sus facciones son lo suficientemente llamativas, pero cuando lo hace, se enfoca en las pestañas y los labios, que prefiere pintar de rojo. Amiga de Karl Lagerfeld, Stella McCartney, entre otras personalidades, Charlotte fascina a los amantes de la moda, que saben que más allá de las marcas que use, el estilo lo lleva en la sangre, es por esto que ha sido elegida por la revista Vanity Fair española como una de las mejores vestidas. Por si fuera poco, maneja cuatro idiomas a la perfección: francés, italiano, inglés y alemán.