Su voz poderosa y melodiosa resonaba en los escenarios donde se presentaba, combinándose siempre con su amplia sonrisa, bailes y las notas de su guitarra, esa que ya no volverá a tocar. Aurelio Martínez Suazo, cantautor, percusionista, y el principal representante de la cultura y de la música garífuna a nivel nacional e internacional murió el lunes 17 de marzo de 2025 en Roatán, junto a once personas más, durante un trágico accidente aéreo.
Nacido en 1969 en Plaplaya, considerada la última comunidad garífuna al oeste del Caribe hondureño, en el departamento de Gracias a Dios, Aurelio estaba destinado a cantar. Su padre era un trovador local, que animaba a los lugareños tocando su guitarra e improvisando canciones de parranda, género musical que combina elementos garífunas, arahuacos y africanos y que narra en sus canciones, las luchas de la comunidad. Mientras, su madre, a la que siempre dijo deberle todo, era una cantautora tradicional, de quien heredó el don del canto. Incluso, lograría grabar muchas de las canciones que ella misma compuso.

Aurelio era un niño cuando comenzó a desarrollar su talento musical en las ceremonias que se realizaban en honor a los ancestros garífunas, lo que le permitía asistir a los eventos más sagrados del culto en donde no se admitía la presencia de menores de edad. A los 14 años, ya era reconocido y respetado por sus sólidas bases rítmicas, tanto en la música ritual como en la música profana.
Al rescate de una tradición musical
Mientras aún cursaba la secundaria en La Ceiba, Aurelio ya tocaba profesionalmente con conjuntos latinos populares, mostrando su talento como percusionista y guitarrista. Poco a poco fue desarrollando sus dones musicales que lo llevarían, a finales de los 80, a fundar su primer grupo Lita Ariran, que se convirtió rápidamente en una de las primeras bandas de música y de danza tradicional garífuna, y que entre sus grandes logros contaría con llevar su arte a escenarios inimaginables en países como Japón.

Su primer álbum, producido por la compañía japonesa JVC Records World Sounds, fue lanzado en 1995. Fruto de ese trabajo, Aurelio recibió tres años después en los Garifuna World Music Awards en New York el premio como Mejor Cantante de Música Garífuna, nombrando a su grupo Lita Ariran como el Mejor Grupo Cultural del Año.
Uno de sus más grandes logros fue participar en un proyecto con diversos artistas como el inolvidable Andy Palacio; Paul Nabor, conocido como el Rey de la Parranda; Junie Aranda y Jursino Cayetano. El material, nombrado Paranda: Africa in Central America (Stonetree Records, 1999) fue considerado como uno de los mejores álbumes procedentes de esta región, con una gran riqueza musical y con las diferentes idiosincrasias de tres generaciones de parranderos.

En 2004 lanzó su primer solo álbum Garífuna Soul (Stonetree Records), producido por su amigo Iván Durán y grabado en una casita en la playa, arrullados por las olas del mar. Para esta producción, el cantante se rodeó de los mejores músicos de estudio de Belice y de Honduras, que aportaron la percusión garífuna, tanto en las guitarras y en el saxofón.
Ese material, cargado de canciones conmovedoras y en el que destacaba más que nunca la voz poderosa de Aurelio, atrajo el interés de la prensa musical mundial, reconocimiento que lo llevaría a recibir el galardón de “Newcomer of the year” por parte de AfroPop.

Un garífuna en el Congreso Nacional
El destino te sorprende y te lleva a lugares inesperados. Aurelio lo comprobó en el 2006, cuando su talento comprobado para la música se vio de repente combinado con un nuevo rol en la política, precisamente en el Congreso Nacional de Honduras, donde se convirtió en el primer diputado garífuna procedente de su región en la historia del país.
Martínez tenía un objetivo: representar y apoyar a la comunidad garífuna, a través de acciones muy concretas que conservasen su integridad como pueblo. Su idea era trabajar para preservar y a la vez difundir los tesoros de esta cultura con proyectos innovadores.

“¿Cómo llegué a la política? Pues yo llegué a donde un alcalde como artista, a dejarle su música para la campaña, y se fijó en mí, ‘este es el moreno que necesitamos para que represente a su gente’ dijo. Yo le contesté que no me gustaba la política, que los políticos son mentirosas, mucha demagogia, que eso no iba conmigo. Entonces mi compadre, con el que yo andaba, dijo que él aceptaba por mí y me convenció porque históricamente no habíamos tenido políticos que representaran nuestra comunidad y ahora tenemos muchos sueños, queremos alcanzar muchas cosas, tenemos el sueño de crear una escuela de arte. Los garífunas somos bien talentosos, aquí hay niños que aprenden a tocar con latas, así aprendí yo, hacen su sueño artístico con lo que encuentran por delante, tengo el anhelo que puedan aprender con instrumentos”, dijo en una entrevista.

El heredero de los legendarios parranderos
Por ese entonces, la Radio y Televisión Española (RTVE) se encontraba en plena producción del documental Honduras y Belice: la Aventura Garífuna, en el que exalta a Aurelio Martínez como el heredero de los legendarios parranderos.
Aurelio es el protagonista del documental, en el que se muestra seguro, con su voz cantarina y alegre, conversando sobre su vida salpicada de notas auténticas y canciones que cuentan historias de la vida cotidiana, las nostalgias y del dolor de la ausencia de su padre.
“El garífuna siempre es alegre o tratamos de que los momentos tristes puedan inducir la alegría. La tragedia no la vemos desde el ángulo trágico, sino desde un ángulo para alegrarse, no para seguir sufriendo”, dice Aurelio en el documental.

En 2007, el cantante fue invitado a participar en el álbum Watina (Stonetree Records/Cumbancha, 2007) feat Andy Palacio & The Garifuna Collective, material que recibió el premio WOMEX, un reconocimiento de importante prestigio de la industria World Music. Además, Watina fue declarado The Greatest World Music Album of All Times por Amazon.com en el año 2010.
En 2008, el artista beliceño Andy Palacio falleció de manera inesperada, causando un enorme impacto en la comunidad garífuna y en su amigo Aurelio. “Andy Palacio es el responsable por el que yo me interesé por la música garífuna, fue el primer artista con el que trabajé, siempre estuvo muy involucrado en el rescate de la parranda, es el mejor artista garífuna que jamás haya existido”, dijo.
Desde Honduras para el mundo
Golpeado por la pérdida de su amigo, sintió que tenía que empezar a grabar de inmediato. Fue así que nacieron las bases del que luego sería su segundo disco Laru Beya, un material que trasciende fronteras y fusiona magistralmente la riqueza de la tradición musical garífuna con influencias contemporáneas y colaboraciones internacionales.

Ese mismo año, Aurelio fue seleccionado a nivel mundial por la leyenda de afropop: Youssou N’Dour, en el marco del Rolex Mentor and Protégé Arts Initiative. Este evento representa un hito en su carrera y le permite a él y a la música garífuna darse a conocer por primera vez ante famosos músicos africanos. Además del intercambio cultural, adquirió nuevas ideas sobre técnicas musicales, así como también la increíble oportunidad de compartir escenario con Youssou N’Dour en escenarios en Senegal, Nueva York y Viena. Su sueño de viajar a Africa se hizo realidad.
Tres años después, como parte del resultado de la colaboración con Youssou N’Dour, Martínez lanzó Laru Beya (2011), un disco cargado de canciones muy conmovedoras, ligadas de nuevo a las raíces africanas. N’Dour aportó sus piezas vocales a dos de las canciones; mientras el rapero senegalés Sen Kumpé también participó en la realización de esta obra musical. A parte de la intención de rendirle tributo a su amigo Andy Palacio, el objetivo de Laru Beya era también transportar su música por diferentes lugares del mundo.

Laru Beya es considerada una obra impecable en sí misma, realizada en colaboración con el productor Iván Durán. Parte del disco se grabó en un estudio improvisado en una playa hondureña, lo que añade una autenticidad y una textura única a la grabación, con sonidos de fondo de la vida cotidiana, entrelazados con la música. Esta elección de producción crea una atmósfera cálida y envolvente, que sienta la base sobre la que se sentarán el trabajo de los músicos.
Hitos en la música
El álbum alcanzó el sexto lugar en el Top 20 World Music Albums en 2011 en WorldMusic.co.uk Award. “Aurelio es un artista muy talentoso, un compositor consciente y un músico apasionado con una excelente banda de músicos. Además de también ser por supuesto, el defensor de una cultura única. Si alguien debiese colocar la cultura garífuna en el mapa, sería definitivamente Aurelio Martínez”, escribió entonces el sitio web de WorldMusic.co.uk.
En 2014, Aurelio regresó a sus raíces musicales con su tercer álbum Landini, (Stonetree Records/Real World Music/SUBPOP, 2014), en el que se concentra en la reproducción del escenario tradicional del modo de vida garífuna, revelando una imagen apacible y suave del ambiente musical de la parranda en Plaplaya, su querido pueblo natal.
“Este álbum es el sonido del pueblo garífuna y mi madre es mi inspiración para él. En gran parte, ella se ve reflejada en mí, el único de la familia que pudo satisfacer su sueño de ser una cantante profesional. Ella es el mejor ejemplo que tengo en mi vida, de lo que un ser humano debería ser. Es mi mayor consejera y confidente”, dijo entonces Martínez.
Landini llegó a la posición #3 en The Sunday Times Ten Best World Music Albums of 2014; posición #3 en Roots Critic’s Poll New Albums of 2014; fue nombrado entre los Songlines magazine’s 10 Best Albums of the Year, y en la lista de Curious Animal’s Best Albums of 2014.
En marzo de 2015, la comunidad garífuna de Nueva York honoró a Aurelio con un emocionante tributo y concierto musical especial para celebrar el 30 aniversario de su carrera artística. Dos años después, el cantante lanza su nuevo álbum Darandi, una colección de las canciones preferidas de Aurelio grabadas en los estudios de Real World Records para capturar el sonido de sus conciertos en vivo.

Hasta siempre, Aurelio
“No vamos a dejar que esta cultura muera. Sé que debo continuar la herencia de mis ancestros y encontrar nuevas maneras de expresarla. Pocas personas saben sobre ella, pero yo la adoro y es algo que debo compartir con el mundo,” decía Aurelio.
Y más allá de las palabras, siempre trabajó por mantener viva la parranda como una de las expresiones más populares de la cultura garífuna. Hasta su último día manifestó el orgullo por su comunidad, mostrando su alegría, talento y anhelos. Hoy la nostalgia que matizaba en sus canciones, contagia a todo un país que llora su partida.
Martínez Suazo era uno de los pasajeros del nefasto vuelo que cayó al mar de Roatán, ese que tanto amaba y que calló su voz, dejándonos sin su ritmo, sus composiciones e historias. Ese baile y la brillante sonrisa que grabó en redes sociales horas antes de abordar el avión nos queda como último recuerdo del artista garífuna más importante y talentoso de nuestro país.

“Estoy muy consternada, la cultura garífuna es la cultura hondureña, al morir Aurelio Martínez Suazo fallece el expositor más grande de la cultura hondureña y de la cultura garífuna a nivel global. Aurelio se presentó en los escenarios más grandes del mundo representándonos. Tuve el placer de conocerlo, era una persona entregada a la cultura y a nuestro país, espero que inspire a la juventud a seguir adelante, a trabajar poniendo la comunidad primero. Estoy con todos a los que les duele su partida y lo recuerdan con mucho cariño. Le guardé un gran aprecio y admiración, hoy solo le doy gracias a Dios que tuve la oportunidad de compartir con él, estoy muy triste, de luto con Honduras por esta tremenda pérdida”, comenta a Estilola hondureña, Carol Frazer, CEO de Impacto e Inclusión de Interpublic.
Por su parte, la presidenta de la Asociación del Pueblo Garífuna de Honduras, Gregoria Jiménez, expresó el impacto de esta noticia para Honduras en general y para su comunidad en particular, “estamos consternados con la muerte de Aurelio Martínez y de todos los hondureños que perdieron la vida en este accidente. Pero, sobre todo, por cómo se dieron los acontecimientos y por toda la alegría y algarabía que mostró él en su último video, compartiendo en Punta Gorda, la primera comunidad a la que arribamos como pueblo garífuna».