Un desenlace de cuento, con novia incluída y un vestido tan especial que esconde a dos niños en su interior. Hay momentos finales de una colección que pueden definir la misma, y así ha ocurrido en el desfile Alta Costura primavera-verano 2013 de Jean Paul Gaultier. El gusto del diseñador por las referencias culturales continuas, corporeizado en vestidos que contienen detalles de cada parte recóndita del mundo, se ha convertido en la temática principal del desfile.
La mujer ideada, o imaginada, por Jean Paul, es un híbrido de carácter español y sentir indio. Faldas con miles de volantes, pantalones de patchwork, flecos, apliques dorados, encaje... Todo existe y puede existir en el universo del diseñador. Con una primera parte rebosante de sabor español, con modelos llenas de actitud y carácter ibérico; el runway ha dado paso auna serie de looks exóticos que nos han transportado a la India o a lugares cercanos a Oriente Próximo. Y por último, los años 20's, una constante en el imaginario de Gaultierque siempre reaparece colección tras colección de forma novedosa; porque Jean Paul también sabe agenciarse referencias fijas y jugar con ellas.
En su anterior colección de Alta Costura, la inspiración era puramente musical. Estilismos a ritmo de cabaret, con bombines, flecos y vestidos que hubieran llevado Josephine Baker o la mujer de Scott Fiztgerald. En esta ocasión, seguimos palpando el espíritu rive-gacuhe, pero las referencias tienen una calado más hondo, casi racial; y es que no es de extrañar quecada vez que vemos una película de Almodóvar, sintamos a Gaultier cerca.