Diez años y una temporada. La que ha presentado hoy Alber Elbaz, director creativo de Lanvin, hoy en París. Ha sido el desfile más aplaudido de la jornada, y no es de extrañar: Elbaz, y por lo tanto Lanvin, apunta con excelsa puntería en la diana de la sofisticación.
El chic parisino se le queda pequeño a la casa en la colección de primavera/ verano 2013.
La top Daria Strokous ha abierto el desfile presentando, a París y al resto del mundo -todos estábamos pendientes-, una nueva reinterpretación del tuxedo. De un solo vistazo se podía afirmar toda una declaración que llegará con el buen tiempo: vuelven las hombreras.
Quizá no tan exageradas como las que ha presentado horas antes Balmain, pero las chaquetas estructuras con hombros marcados será una de las tendencias a seguir, marca Lanvin. El desfile ha seguido en negro con elegantes vestidos con drapeados gigantescos en hombros, bodies combinados con metalizados collares chunky, auténticas armaduras de pedrería y vaporosas piezas con grandes -pero a la vez delicados -escotes.
Las modelos aparecían y desaparecían bajo un arco de flores rojas, pero la pasarela estaba cubierta por una especie de estructura de metal, creando ambas una bonita metáfora. La simbiosis entre la sutileza de la flor y la dureza del hierro. La frágil contra lo irrompible. Lo quebradizo y marchitable versus lo resistente e irrompible. Metáfora, como decimos, quizá encarnada en los vestidos con prints de cuerpos de mujer del mismo tamaño que los cuerpos a los que vestían.
Del negro se hace la luz. Y de repente han irrumpido en escena los colores joya. Vestidos en ocre, coral, vino, turquesa, fucsia... Cortos, estructurados, en bloque y con ciertas influencias asiáticas. Los zapatos, stilettos en su mayoría y con pulsera al tobillo, no hacían si no estilizar más el look. Más aplausos para Elbaz, su desfile de Lanvin ha vuelto a ser un gran show.
+ Balmain primavera 2013