Con un simple anillo de bodas de oro galés y unos pendientes de perlas fue enterrada la Reina Isabel. Las significativas piezas son de una colección privada de joyas de más de 300 piezas, que incluye 98 broches, 34 pares de pendientes y 15 anillos.

Su anillo de casada fue en regalo de bodas que hicieron a sus padres en 1923 y está elaborado con oro galés. El anillo fabricado con oro de la mina de Clogau St. David. Asimismo, la pieza está engastado en platino y coronado con once diamantes naturales, entre los que destaca un diamante solitario redondo de tres quilates y cinco, además de cinco piedras más pequeñas a cada lado.
Los pendientes de perlas, por su parte, han sido una constante en la vida de la reina y es difícil encontrar una imagen suya sin llevarlos en un acto oficial. El ataúd de la reina, una vez esté en Westminster Hall, estará acompañado por la Corona del Estado Imperial, la misma que usase una vez al año, en la apertura estatal del Parlamento.