Rosamaria Lara Watson es más que una diseñadora de interiores; es una narradora visual que a través de su marca, RosaAmarilla, transforma espacios en historias llenas de autenticidad y estilo. Inspirada por su profunda conexión con el arte y el diseño, Rosamaria ha logrado fusionar su pasión por las piezas únicas con una visión estética que va más allá de la decoración, creando ambientes que reflejan la esencia de quienes los habitan. Cada proyecto que emprende es un reflejo de su creatividad, belleza y atención meticulosa a los detalles, elementos que hacen que sus espacios sean inconfundibles y profundamente personales.
¿Quién es la mujer que más le ha inspirado y por qué?
La ingeniera Irma de Fortín (QDDG), por ser la primera mujer graduada en Ingeniería en Honduras en 1952. En una época marcada por un entorno machista, ella supo sobresalir con valentía a lo largo de su vida, destacándose en los ámbitos profesional, personal y político.

¿Cómo se describiría a usted misma en tres palabras?
Creativa, disciplinada, resiliente.
¿Cuál ha sido la mayor lección aprendida en su camino profesional como mujer?
He aprendido que la pasión y la actitud con la que enfrentas los retos son clave para superar cualquier obstáculo y alcanzar el éxito.
¿La felicidad es...?
La felicidad es encontrar propósito en lo que haces, disfrutar el camino mientras diseñas tus propios sueños, y compartir cada logro con las personas que amas.
¿Cómo se ve en su futuro?Me visualizo creando espacios que inspiren y cuenten historias, llevando mi pasión por el diseño a nuevos niveles. También deseo guiar y motivar a nuevas generaciones, mientras sigo aprendiendo y creciendo tanto profesional como personalmente.

¿Qué es lo que más ama de ser mujer?
Lo que más amo de ser mujer es la fortaleza y sensibilidad que nos define, nuestra capacidad de crear, cuidar y transformar, tanto en lo personal como en lo profesional, dejando huellas únicas en cada cosa que hacemos.
¿Cómo defines la fuerza de las mujeres hondureñas desde tu perspectiva y experiencia?
La fuerza de las mujeres hondureñas radica en su valentía y resiliencia; transforman desafíos en oportunidades y son el corazón de nuestra sociedad.