Cate Blanchett brilla de nuevo en la temporada de premios

Dicen que no hay dos sin tres y todo parece indicar que eso puede hacerse realidad para Cate Blanchett este mes que comienza la temporada de premios.

Tras llevarse la estatuilla dorada en 2005 como Mejor actriz de reparto por “El aviador” y como Mejor actriz en 2014 por “Blue Jasmine”, los rumores señalan que “Tár”, el regreso como director de Todd Field después de 16 años, le dará su tercer Oscar.

Y si bien es difícil garantizar su triunfo sin saber cuál será la competencia, nadie duda que obtendrá su octava nominación a ese premio por encarnar a una famosa conductora de orquesta cuyo mundo se derrumba por una acusación de acoso sexual.

La australiana de 53 años sin dudas no se sentará a esperar a ver que pasa. Tal como ella lo reconoce, suele decir más si que no, por lo que también se la escuchó en las versiones originales de “Pinocho” de Guillermo del Toro y “La escuela del bien y del mal” de Paul Feig.

También ha concluido “Borderlands” de Eli Roth, y actualmente rueda “The New Boy” de Warwick Thornton y la serie “Disclaimer”, que dirige Alfonso Cuarón y en la que ella también es productora.

Nominada a Mejor Actriz en los Golden Globe, por su papel en Tár Cate tiene como competidoras a Viola Davis (The Woman King); Michelle Williams (The Fabelmans); Olivia Colman (Empire Of Light) y Ana de Armas (Blonde).

Mientras se anuncia a la ganadora, conversamos con la actriz australiana en exclusiva para ESTILO Honduras.

ESTILO: Lydia Tár, tu personaje en la nueva película de Todd Field, es alguien que esconde un secreto...

Cate: Así es. Es alguien que se siente perseguida por alguien o por algo de su pasado. No quiero revelar el final, pero ella ha puesto su pasado en una caja y mediante su enorme talento ha tratado de reinventarse. Quiere salvarse a través de la música, ser cambiada y metamorfearse con ella, pero no logra apagar eso que la persigue. Por eso filmar esta película con Todd ha sido verdaderamente fascinante.

ESTILO: Tu personaje es muy fuerte y sobre el final muy débil...

Cate: Creo que eso es un sello distintivo de las películas de Todd. Siempre hay un momento en el que él decide abandonarlo todo e irse a hacer otra película. Eso es lo que las vuelve tan humanas, porque él te invita a convertirte en una mosca en la pared que te permite observar de una manera tan íntima como implacable las maquinaciones internas de la gente.

Este personaje es muy complejo. Y siento que la vamos conocemos mejor a lo largo de la historia. La experiencia de rodarla fue todo un proceso, en el que todo iba evolucionando y cambiando. Pero si algo siempre estuvo allí, es que ella es una persona que no termina de reencontrarse consigo misma.

Creo que en cierta manera es algo que le pasa a todos los personajes, porque asi somos los humanos. No hace falta ser un pianista de primer nivel o la conductora de las mejores orquestas del mundo para pasar por esa sensación. Ella es una mujer con muchas contradicciónes. En la primera entrevista que concedió Todd sobre la película dijo que Lydia Tár es muchas cosas y que ha tenido una carrera muy variada.

Eso se puede ver en que ella pasa de ser una etnomusicologa que va a estudiar a los shipibo-conibo en el valle de Ucayali a dirigir “Marla” con una de las orquestas más importantes del planeta. Esa si que es una vida completa. Lo complicado para mi fue construir la psicología de una persona que puede hacer las dos cosas, y esas fueron las provocaciones que yo encontré en el guion de Todd.

ESTILO: “Tár” también trata sobre la dinámica del poder. ¿Hubo algún momento en los inicios de tu carrera en el que sentiste que estabas a merced de los demás?

Cate: No. El mundo ciertamente ha cambiado mucho. En los inicios de los tiempos, cuando me incorporé a la industria cinematográfica, yo trabajaba en el teatro y no tenía ninguna expectativa de que hubiera un futuro en el cine para mi.

Mi esposo me dijo en aquel entonces que lo disfrutara, que como mucho iba a durar 5 años si tenía suerte. Y en ese entonces, eso era así para las mujeres. Pero yo creo que hay mucha gente que ha estado transformando esa forma de hacer las cosas, entre ellas las actrices que han empujado los límites, muchas veces aceptando papeles pequeños y logrando que se volvieran mas importantes.

Pero lo llamativo es que han habido muchos hombres que nos han acompañado en la lucha para lograr esta transformación. Como dije, originalmente esta no era una película sobre mujeres. Era sobre ser humano. Lo que continúa es la forma en la que se habla de los hombres en la industria del cine. Si se habla de la misma manera de una actriz, se dice que es una mujer fuerte.

Pero en general lo que en realidad quieren decir es que estas mujeres tienen un mayor impacto en la narrativa, y no de que sean musculosas y puedan levantar elefantes, aunque a lo mejor lo puedan hacer. Pero sigue siendo muy difícil que nuestros hermanos en Hollywood acepten hacer los papeles de reparto que nosotras siempre vamos a aceptar en una buena historia con un buen director. Eso sigue siendo difícil.

ESTILO: ¿Qué es lo que te ha llevado a involucrarte cada vez más en la producción?

Cate: Cuando yo comencé en esta industria existían lo que se llamaban proyectos de vanidad, porque supuestamente tenían como objetivo alimentar la vanidad de un actor. Pero yo desde un primer momento fui en la dirección opuesta, porque a mi lo que me interesaba era experimentar, ya sea con los personajes o con los directores con los que soñaba trabajar.

Hoy puedo decir que he sido muy afortunada, porque he trabajado con directores extraordinarios, pero siempre he mirado mi carrera de una manera diferente a la de muchos colegas. Con mi esposo dirigimos la Sidney Theater Company durante una década mientras vivimos en Australia, y allí disfruté enormemente de apadrinar a nuevos artistas. Me encantaban las conversaciones creativas que tienes cuando estás produciendo una obra. Cuando concluyó esa experiencia, con mi esposo empezamos a pensar en producir en cine y televisión desde esa misma mirada.

Cuando trabajo en una película, sea la productora o no, a mi me interesa saber quién es el diseñador de vestuario, quién es el director de fotografía, quiénes son los integrantes del equipo técnico, porque se trata de una experiencia colectiva. Ser productora es simplemente para mi una extensión de esa mirada integradora que siempre he tenido y que viene del teatro.

ESTILO: Has estado haciendo mucha televisión, pero ¿cuál es tu propia relación con ese medio?

Cate: La televisión ha tenido una profunda influencia en mi infancia. La mayoría de los programas que veía venían de Estados Unidos o de Inglaterra. Yo descubrí la televisión australiana mucho mas tarde. Y hoy en día suelo devorarme temporadas enteras. Me obsesiono con una serie y no paro. Me gustan en particular las series limitadas.

Hace un tiempo volví a ver ”Los Sopranos” porque mi hijo menor no la había visto. Fue muy interesante volver a visitarla con él. Es que como espectadora una absorbe esa experiencia, pero no se da cuenta cómo. Lo cierto es que hoy en día se produce tanto contenido que uno todo el tiempo tiene miedo de haberse perdido algo importante. De todos modos, le he dedicado mucho tiempo a volver a ver programas favoritos.

ESTILO: ¿Miras tus series en un gran televisor?

Cate: No. A mi me gusta ver series sin solución de continuidad, por eso no tenemos televisión. Solo tenemos una pantalla y lo que se ve allí es lo que mira todo el mundo. Nos sentamos a verlo y le prestamos mucha atención. No me gusta mirar series en mi celular o en el I-Pad. Prefiero la experiencia comunal. Es algo que traigo desde la infancia, cuando solo había canales de aire, uno ponía un programa a determinada hora y lo mirabas en familia.

ESTILO: ¿Cuáles son las autoras que han tenido una mayor influencia en quien eres hoy como mujer?

Cate: Han sido muchas voces. Muchas que son simplemente representantes de aquellos marginados, que no son necesariamente teoricas. Pero como australiana, la que más me ha impactado ha sido

Germaine Greer. Lo que ella decía en sus discursos y en sus escritos es muy impactante por su audacia. No comparto necesariamente todo lo que ha dicho a lo largo de los años, porque a veces ha sido provocativa solo por serlo, pero siempre me ha parecido alguien a quien valía la pena escuchar.

ESTILO: ¿Recuerdas cuando fue la primera vez que fuiste al cine?

Cate: Por supuesto. Fue cuando mi madre me mostró una película de Jacques Tati, ”Las vacaciones del señor Hulot”. También iba mucho al autocine, algo que durante la pandemia volvió a ponerse brevemente de moda, porque la experiencia de ir al cine no es solo el acto de individual de sentarse en la oscuridad y sentir que la pantalla te está hablando directamente a ti. También es el hecho de reunirse. Y lo mismo vale para el teatro.

Lo que nos gusta es sentarnos junto a un grupo de gente que no conocemos, compartiendo el poner toda nuestra atención en el escenario, que nos cuenten una historia y que nos recuerden que es lo que nos conecta, porque todo el tiempo hablamos sobre lo que nos separa. Eso me ocurría cuando me sentaba en la parte de atrás de la station wagon que tenían mis padres.

Honestamente no recuerdo qué películas veíamos, como que eso era secundario, lo importante era sentarse en el auto con la familia en la oscuridad y participar de una aventura con esos actores y ese director que nos estaban contando una historia.

ESTILO: Me imagino que con 4 hijos y una agenda tan cargada tu vida debe de ser bastante caótica...

Cate: Es asi. Creo que siento una atracción perversa por el caos. No solo por los 4 hijos, tanto mi esposo como yo no tenemos empleos regulares. Yo creo que lidio con el caos tolerándolo durante 6 meses hasta que me pongo a llorar de la desesperación. Siempre me pasa cuando me enfrento con algo que no puedo resolver. El piloto del gas se apaga y se me han acabado los fósforos, ese tipo de situaciones. Nunca con cosas serias porque uno sabe como lidiar con ellas.

Cuando el auto no te enciende o se te sale una rueda. No es el caos logístico el que me desespera, es el emocional que te provoca tener cuatro individuos muy diferentes con el que mi esposo y yo hemos sido bendecidos.

Con mi esposo hemos estado juntos durante mucho tiempo y si bien es maravilloso, también requiere de una dosis de trabajo. Siempre estamos ocupándonos de mas cosas de las que deberíamos. La vida es interesante, y cuando alguien viene a proponerte algo aún sabiendo que tienes muy poco tiempo disponible, y te propone algo, suelo decir que si antes que no, y eso lleva a un montón de caos.

ESTILO: ¿Sientes que pasados los 50 ya te conoces a la perfección?

Cate: Siento que todavía estoy en el proceso de convertirme en quien soy. Nunca pensé que mi identidad fuera algo estático. Todo el tiempo estamos evolucionando. Eso es algo maravilloso que tenemos los humanos, que tenemos la capacidad de cambiar tanto individualmente como en forma colectiva, lo cual me da esperanza sobre el futuro de nuestro planeta, porque estoy seguro de que podemos cambiar las cosas.

ESTILO: ¿De niña eras de escaparte mucho de tu casa?

Cate: Si. Cuando tenía 3 años me escapé y como era muy ambiciosa, me fui a la casa del vecino. Y por alguna razón mis vecinos no le dijeron nada a mis padres y estuve ausente como por 6 horas. ¿Te imaginas como estaba mi pobre madre? Pero por suerte, me encontró. Mi hermana también se escapó cuando era pequeña. Estábamos en la Costa de Oro en Queensland y no la podíamos encontrar porque le había dicho a la gente que su nombre era Genevieve Giggles. Y Blanchett no suena mucho como Giggles. Yo siempre me estaba escapando. De niña pensaba que era una detective que estaba resolviendo misterios, por lo que faltaba de mi casa por muchas horas sin que mi madre me pudiese encontrar...