Las cosas pueden cambiar rápidamente en Hollywood. En un momento eres el programa al que nadie quiere ir y de pronto te conviertes en la mayor amenaza de tu principal competidor.
Si conocemos a Simon Cowell (y no lo conocemos), ahora mismo debe estar recostado en su camerino con una gran sonrisa. Saboreando el dulce plato de la victoria.
En el millonario, popular y enorme mundo de las competencias de canto, el rey ha sido derrocado. American Idol vivió su peor temporada en términos de rating, y ahora sólo tiene un juez (que se quiere ir) para afrontar su temporada número doce.
En el otro extremo, están The X Factor, con Demi Lovato y Britney Spears sumadas a Simon Cowell y L.A. Reid, y The Voice con Christina Aguilera, Adam Levine y con el orgullo de haber sido el programa en el que Justin Bieber estrenó su nuevo trabajo musical.
¿Es el fin de American Idol? Tal vez sin querer queriendo, los Emmy así lo hayan decretado.
Un rápido vistazo a los nominados en la categoría "Mejor Reality Show" nos muestra que American Idol está afuera y The Voice ha caído como su reemplazo.
El año pasado los números no acompañaron. A pesar de ser el más visto en su categoría, cuando eres el más grande compites también contra ti mismo y allí fue donde perdió. La onceava temporada fue la menos vista en la historia de Idol y para colmo, los rumores de un alejamiento de Jennifer Lopez, su principal figura, se hicieron realidad.
Sin embargo, el primero en anunciar su renuncia fue Steven Tyler. Mientras los productores todavía digerían ese trago amargo, J.Lo confirmó lo que todos sabían En 24 horas, el show se quedaba sin los dos favoritos del público. Para empeorar las cosas, Randy Jackson, el único juez que se mantiene desde la primera emisión, tampoco ha decidido si volverá por otro año más.
Cuando se estrenó The X Factor, Cowell había vaticinado una audiencia de 20 millones de televidentes. La realidad le mostró que quedó muy lejos de esa astronómica cifra. Admitió su error e hizo una maniobra arriesgada: despidió a Paula Abdul y Nicole Scherzinger.
Después de recibir la negativa de casi medio Hollywood, consiguió a Britney Spears y Demi Lovato como reemplazo.
Mientras, The Voice comenzó a recibir mejores críticas de la prensa y las peleas entre Christina Aguilera y Adam Levine generaron contenido entre programa y programa. Además, la amistad del cantante de Maroon 5 con Justin Bieber permitió que tuviera la exclusiva de su nuevo trabajo discográfico.
Ahora American Idol tiene que tomar una decisión, reinventa la fórmula del oro o le entrega definitivamente la corona a alguno de sus sucesores. Por el momento, busca seguir los pasos de Cowell y traer grandes figuras para ocupar las sillas vacía…
Eonline