Este sábado 26 de abril de 2025, el Vaticano se convierte en el corazón del mundo. La Plaza de San Pedro vibra entre oraciones, lágrimas y aplausos, mientras miles de fieles y más de 150 delegaciones internacionales se reúnen para rendir homenaje al Papa Francisco, el pontífice que conquistó al planeta con su humildad, su sonrisa y su incansable defensa de los más vulnerables.
Una ceremonia sencilla para un Papa del pueblo
Tal como él lo deseó, el funeral de Francisco se celebra con sobriedad y profunda espiritualidad. La misa exequial, que presidirá el cardenal Giovanni Battista Re, refleja la esencia del Papa: una Iglesia cercana, sencilla y sin ostentaciones.

El féretro, de madera clara y adornado solo con una cruz, será trasladado desde el interior de la Basílica de San Pedro hasta la explanada. La tumba de Francisco, ubicada en la Basílica de Santa María la Mayor, también será un reflejo de su vida: una lápida discreta con la simple inscripción “Franciscus”.
Presidentes, monarcas y miles de corazones presentes
El mundo entero se une en este adiós. Entre los líderes destacados que asisten se encuentra la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien llega acompañada de su hijo y secretario privado, Héctor Zelaya, y del canciller Eduardo Enrique Reina. También dicen presente el ex presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa Jill Biden, quienes mantenían una relación cercana con Francisco, y los reyes de España, Felipe VI y Letizia y el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump junto a su esposa Melania.

En total, más de 150 países están representados en esta despedida global. Banderas de distintas naciones ondean en la Plaza de San Pero, mientras flores, pancartas de agradecimiento y retratos del Papa cubren cada rincón.