#COACHELLA2024
Lo que parecía lejano o imposible se convirtió en la más temible de las amenazas del nuevo siglo. El 11 de marzo de 2020 el Covid-19, que hasta entonces se creía un virus más que surgió en China, fue declarado pandemia. Las alarmas se extendieron en todo el mundo y Honduras no fue la excepción.
En un país del tercer mundo como este, y uno de los más vulnerables por las condiciones del sistema sanitario, el panorama se vislumbraba desolador. Pero fue entonces cuando surgieron los pequeños milagros y se contagió algo aún más fuerte que el coronavirus: la solidaridad.
Ese sentimiento fue el que unió los talentos de un grupo de profesionales que de forma voluntaria tuvo la iniciativa de elaborar escudos faciales de bioseguridad con impresión 3D para donarlos de forma gratuita a los médicos, enfermeras y personal sanitario hondureño que sin esperarlo se vio de repente en la primera línea de batalla contra el covid-19.
Así nació Güiran, un proyecto que sin medir obstáculos, guiado únicamente por la necesidad de servir, surgió para ayudar a los involucrados directos en la lucha por la prevención y el combate de la enfermedad, "vimos que nuestro sistema de salud igual que otros países, no estaba preparado y no había tiempo que perder. La vida de todos depende de proteger a la mayor cantidad de personas de contagiarse y los doctores son los primeros en la fila", nos dice Jenny Rendón, una de las voluntarias fundadoras del proyecto y directora de comunicaciones del mismo.
UNA CAUSA VIRAL
"Al principio algunos teníamos ciertos materiales y otros la impresora, el primer día hicimos un escudo, en 7 días ya estábamos produciendo 500 escudos por día, con toda la red de colaboradores que se nos fueron uniendo hora con hora", recuerda Rendón, una periodista e innovadora empedernida que es parte de los fundadores del proyecto que conforman además los arquitectos Josué Castro, Valery Ochoa, Angel Payán y Paola Paz y el licenciado Israel Payán.
La causa de estos jóvenes profesionales pronto se fue extendiendo con muchos otros colaboradores y "makers", que inspirados por Güiran decidieron aportar su grano de arena, "todo lo que hacemos está basado en nuestro mayor súper poder: la voluntad. Esta iniciativa es algo nunca visto en el país. No representa a ningún gremio o sector, ni institución política o privada, ni mueve acciones con fines de lucro, es mero voluntariado humanitario por nuestros hermanos hondureños. No tenemos ningún nexo gubernamental ni estamos financiados por el gobierno en ningún sentido, esto es pura solidaridad entre catrachos", cuenta Rendón.
Esta labor humanitaria atrajo la atención de más de 30 empresas privadas y medios de comunicación que donan materiales, prestan sus instalaciones, funcionan como centros de acopio o hicieron pública la iniciativa.
Pronto, los seis fundadores se vieron trabajando mano a mano con miembros de los colegios de médicos, arquitectos, ingenieros civiles, ingenieros eléctricos, químicos y farmacéuticos, entre otros. Sin barreras ni diferencias, se sumaron también a la iniciativa las universidades más importantes del país: UNAH, UNITEC, CEUTEC, UNICAH, UTH... la solidaridad no conoce límites.
"También se unieron varias iniciativas a nivel nacional que tenían el mismo fin como Guala, Respi HND, Fuerza HN, Fuerza Ceiba, Fuerza Copán, todos con el objetivo de redoblar esfuerzos y juntos alcanzar la meta de proteger la mayor cantidad de compatriotas posibles".
LA PRIMERA ENTREGA OFICIAL
Y así sucedió lo increíble, los primeros mil escudos faciales fueron donados para el Hospital Mario Catarino Rivas en San Pedro Sula, cabecera departamental de Cortés, declarado e epicentro de la epidemia en Honduras.
Siete días después, Güiran estaba produciendo el doble y tenían más de 10 centros Covid-19 solicitando donaciones de productos, "así como crecía la producción, se disparó la demanda de estos y otros insumos que nos solicitaban los médicos. Entonces nos dividimos en equipos de desarrollo y comenzamos a trabajar todos los dispositivos que nos pedían: camillas de aislamiento, cajas encefálicas de intubación aislada, túneles de sanitización, y las unidades móviles de cuidados intensivos. Toda esta tecnología que producimos es 100% hondureña, con materiales locales, nosotros hemos construidos cada pieza de los escudos faciales y de los demás proyectos, con la ayuda de todos los ingenieros y desarrolladores que son el motor de todo esto.", cuenta Rendón.
Todos los materiales requeridos para esa producción se han ido obteniendo a través de donaciones que llegaron de forma voluntaria de parte de personas y empresas, ese movimiento maravilloso llenó el corazón del equipo fundador, impulsándolo a no detenerse en esta carrera por ayudar a salvar vidas, "todo esto nos ha dado las pruebas fehacientes de que en los momentos más oscuros, la solidaridad es la clave, poder vivir esas acciones desinteresadas que son faro de luz y esperanza, ser hermanos y hermanas que protegemos a toda costa a todos en nuestra casa que es nuestro país, unirnos para eso, eso me ha conmovido como nada en mi vida, estamos juntos en esto", expresa Jenny con una emoción tangible.
EN UN MES, ¿CóMO HA CAMBIADO TODO?
El equipo de Güiran se multiplicó y ahora consta de 300 personas voluntarias que van desde ingenieros, arquitectos, biomédicos y doctores hasta periodistas, administradores, diseñadores, publicistas, programadores y desarrolladores, que divididos en comités de trabajo a nivel nacional actualmente desarrollan 7 productos: escudos faciales, kits de desinfección, equipo esencial de Bioseguridad para Covid-19, Aerosol Boxes (Campanas cefálicas de intubación aislada), Filtros (camillas) de aislamiento para transporte de pacientes con Covid-19, Ventiladores Mecánicos, Cabinas Desinfectantes Móviles (Túneles Sanitizadores) y Unidades Móviles de Cuidados Intensivos.
¿CóMO UNIRTE A LA CAUSA?
Güiran significa Pueblo en lenca, "porque somos el pueblo sirviendo al pueblo", dice Aracely, quien además nos cuenta que este proyecto está inspirando a otros países a adoptarlo, "esta es una iniciativa autentica y autóctona de Honduras. Incluso nos han contactado médicos directores de centros hospitalarios de países vecinos como Guatemala para que les enviemos, los planos e indicaciones para replicar nuestros productos en sus comunidades".
La iniciativa, que el 17 de abril cumplió un mes de trabajo voluntario, tiene espacio para ti, para mí, para todos. Ayudar es un deber moral así que si quieres unirte a la iniciativa hay muchas formas de hacerlo, "ofreciéndote para participar como voluntarios en los comités de trabajo que tenemos, contarle a la gente y compartir en redes sociales de nuestra labor, donar materiales, insumos o efectivo e invitar a otros a donar, pues esto es de todos para todos".
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