El mandatario republicano asistió a una ceremonia celebrada bajo la lluvia en el cementerio nacional de Arlington, en Virginia, cuatro días después de que los medios estadounidenses declararan, basándose en proyecciones de resultados oficiales, que su rival demócrata ganó las presidenciales.

Desde entonces, Trump no se ha dirigido a la nación más que a través de Twitter, y no ha aceptado su derrota frente a Biden, como es tradicional en Estados Unidos una vez que se proyecta un ganador en una elección.
El republicano ha permanecido encerrado en la mansión presidencial, sosteniendo que está a punto de ganar y presentando demandas en las que alega fraude electoral, hasta ahora respaldadas solo por evidencia muy endeble.
Hoy volvió a tuitear sin pruebas que había ganado las elecciones y había sufrido una manipulación de votos, pese al consenso de observadores internacionales, líderes mundiales, funcionarios electorales locales y medios de comunicación de que la votación del 3 de noviembre fue transparente y no mostró ningún indicio creíble de fraude.

Ceremonia en Filadelfia
Biden estuvo, por su parte, en un monumento conmemorativo de la guerra de Corea en Filadelfia (Pensilvania).
El líder demócrata también emitió un comunicado en el que recordó la deuda del pueblo estadounidense con sus fuerzas armadas.
La 'única obligación realmente sagrada' de la nación, dijo el presidente electo, es 'preparar y equipar a las tropas que enviamos hacia el peligro y cuidar de ellas y sus familias cuando regresan a casa'.

Trump se niega a reconocer su derrota en las elecciones del 3 de noviembre frente a Biden, y rechaza por tanto colaborar en la transición hacia una nueva administración en enero.

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