Victorio & Lucchino
La colorista propuesta incluye abrigos de encaje semitransparente a modo de veladuras y faldas de talle alto con cinturas elásticas que acentúan las formas de la cadera. Bolsillos oversize de pelo de zorro que sobresalen de los modelos con destellos tornasolados, efectos piel de melocotón en las prendas; en ocasiones, a través de piezas de terciopelo de color fucsia o rojo escarlata y otras veces en forma de abrigos de visón rasurado. A los pies, unas botas sesenteras de caña recta en piel de pitón.
Roberto Verino
Su colección comienza con una serie de gabardinas -transparentes y plastificadas- cuya intención es provocar efectos velados, mientras su dueña se protege de la lluvia a la salida de una desapacible y gris jornada de oficina, callejeando entre los rascacielos de la Gran Manzana. La propuesta transcurre a base de total looks en negro y gris pizarra, con aplicaciones 'yeti' de pelo largo y cristales azabache que enriquecen los abrigos sastre de corte masculino que evocan la imagen de un gánster muy peligroso. El gran aliado son los pantalones loose de pata de elefante llenos de movimiento alternados con sombreros Fedora y maxigafas de sol que ocultan la identidad de quien en esta fantasía gangsta ha podido cometer un delito inconfesable.
Jesús del Pozo
Consiste en una estudiada vuelta a los nostálgicos orígenes cargados de inspiración oriental -abrigos kimono con mangas de corte trapecio- que tan bien definieron al desaparecido gran couturier.
La mujer de Jesús del Pozo oculta sus formas bajo interminables vestidos túnica, aparentemente minimales, para ilustrar una estética monacal de puro rigor, discreción y una seriedad arquitectónica, al tiempo que racial. Dominan los total looks en una paleta cromática repleta colores indefinidos -azules petróleo, añiles, destellos bronce, verdes esmeralda y negros- donde las superposiciones y el juego de texturas toman protagonismo en una serie de "modulos de pliegues superpuestos o costuras evidenciadas en relieve" -como ha sido definidos- que se enroscan caprichosamente en las curvas femeninas.
La actitud recatada que envuelve la propuesta también admite una serie de power looks y power dresses en gris piedra muy apropiados para interminables jornadas de asfalto. Los vestidos de noche trascienden acompañados de wraps tecnológicos de estilo industrial y faldas largas de corte sirena. Un regreso al ADN de la marca que incorpora la filosofía y sus valores más esenciales.
Agatha Ruiz de la Prada
Los vestiditos cortos con reminiscencias años 60 incorporan cuellos bebé, recortados en un juego pueril de papiroflexia. La diseñadora también hace suyos los abrigos yeti de pelo largo sintético, sólo que en sus manos los convierte en algo parecido al algodón de azúcar.
Bolsos cartera plástico transparente, merceditas con cuña y punteras de colores flúor, además de calentadores love para las manos son algunos de los complementos más originales que surgen de la mente más happy de MBFWM.
Francis Montesinos
Surgiendo de un bosque encantado, las primeras salidas abogan por looks de invierno compuestos por abriguitos color crema con acabados y detalles en pata de gallo, además de estampados geométricos de inspiración après-ski. La estética alpina se extiende a los complementos, como una serie de botines con cordones, tacón de madera y vuelta. A partir de este momento, se suceden vestidos de terciopelo en devoré y modelos mini con estampados florales aplicados a sedas vaporosas. El diseñador intenta huir de un único hilo conductor como eje sólido y apuesta por un ecléctico concepto pick & choose donde todo vale.
Juan Duyos
Como si caminasen a 10 centímetros por encima del suelo y con una estética de nueva institutriz, las modelos del diseñador mostraron vestidos loose provistos de faldas largas, en ocasiones también tableadas. Como nota de belleza, para acentuar la rigidez del aspecto, Duyos nos cuenta que ha utilizado "tonos terracota sobre los pómulos y la estructura ósea de las modelos aplicando destellos dorados en la sobra fumé de ojos". La atención se centra en unas espaldas increíblemente trabajadas -abiertas o formando pliegues- que dirigen los hombros y la clavícula hacia atrás. Los verdes pastel, rosas palo, arenas y oros en sus múltiples declinaciones y la amplia gama de marrones -camel, nude, teja- ilustran una colección serena, elegante y ultrafemenina.
Devota & Lomba
ecnológico y futurista, Devota & Lomba sorprende en la primera jornada de MBFWM con brillos holograma, cortes asimétricos y minivestidos con minuciosos troquelados. Los colores fríos como el azul Yves Klein triunfan en modelos cortos. Sobre ello, prendas de abrigo marrón chocolate como una serie de boleros de visón rasurado.
Modesto Lomba rescata las mosqueteras de caña arrugada de anteriores temporadas y las incorpora a su menú sci-fi. En él también encontramos escotes que se estiran, espaldas abiertas y caprichosas formas tubulares aplicadas en la pechera, dando lugar a complicados efectos en 3D.
Vía: vogue.es