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Un cálido regalo en el día de la amistad  

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La trainer certificada por Dale Carnegie nos trae una reflexión super especial para este Valentine's Day.

14/feb 2019

En este día quiero reflexionar si mis amigos me encuentran cuando me buscan, si necesitan buscarme para contar con mi solidaridad, si saben lo agradecida que estoy por ellos, si aunque mi agenda está llena, conocen que siempre hay un lugar para ellos, pero sobre todo si yo me he dado cuenta de sus necesidades.

Hace años aprendí de Og Mandino, conocido como gurú de las ventas y la motivación, que la amistad es un don de Dios. He podido experimentar ese regalo hermoso, en todas las etapas de mi vida. Desde la amistad de mis hermanos, de mis padres, de mis hijos, de mis grandes amigos "de siempre" y de nuevas personas.

Sin embargo, no todos saborean ese regalo, pues hace pocos días, nuevamente las noticias nos mostraron, el cuadro de soledad de una joven que anuncia por las redes el deseo de acabar con su tristeza, y para ello se lanza desde el cuarto piso de un mall. La policía fue avisada, la gente la instó por las redes a la calma, pero las únicas voces que escuchó, fueron las que en palabras inhumanas, le mostraban su indolencia ante el hecho. También en esa noche, en un poblado de nuestro país, una joven deja una carta, y atando su cuello con una sábana, se ahorca con ella. ¿No cuentan con amigos, o no los escuchan? ¿O será que sus amigos no se percataron de lo que ocurre?

La tristeza y sensación de soledad de estas personas, y de tantos ejemplos más, me hacen reflexionar si mis amigos me encuentran cuando me buscan, si necesitan buscarme para contar con mi solidaridad, si saben lo agradecida que estoy por ellos, si aunque mi agenda está llena, conocen que siempre hay un lugar para ellos, pero sobre todo si yo me he dado cuenta de sus necesidades.

En este día, quiero asegurarme de ello, quiero pedir, para usted y para mi, alzar intencionalmente como amigos, nuestros detectores de tristeza, nuestros sensores para la depresión. Una de cada 4 mujeres sufre depresión en algún momento de su vida, 1 de cada 6 hombres también. ¡Alguien a nuestra cercanía forma parte de esa estadística! ¿Será posible que estemos pasando por alto o minimizando la tristeza o la depresión de quienes nos rodean? Que no la veamos, no quiere decir que no exista.

Hay pasos que podemos dar y otros que debemos evitar para cooperar.

Deberíamos primero, distinguir entre tristeza y depresión.

La tristeza es esa "sensación", de bajo ánimo, pesimismo y tendencia al llanto, enfoca nuestro pensamiento en algo que ha ocurrido, y revive ese momento continuamente. Porque se da como efecto de algo que ha pasado, tiene un origen específico.

La depresión por otro lado, puede resumirse en palabras del Dr. Beck como la visión negativa de uno mismo, del entorno y del futuro. Por eso puede experimentarse esa sensación de desamparo, incomprensión, crítica continua, insatisfacción. Es un proceso, del que la persona no sale de improviso.

Cuenta una historia infantil, de un mono que paseando por la selva ve por primera vez en un arroyo a un pequeño y colorido pez, que saltaba y se zambullía. Asustado acude a prisa a salvar al precioso animalito, que a su juicio pedía ayuda desesperado porque se estaba ahogando, lo toma en sus manos y lo sostiene. El pececito comienza a saltar en afán de sobrevivir y el mono piensa que es por alegría de verse a salvo. Cuando el pez para de agitarse y el mono se percata de que ha muerto, termina diciendo ¡lástima que no pude llegar antes!

Igual que el mono en muchas ocasiones, creemos saber que necesita nuestro amigo deprimido, con la mejor intensión creemos tener la autoridad y el conocimiento sobre él para ayudarle a salir de ahí, sin embargo podemos estar interpretando muy mal la realidad que vive y por ello actuando erróneamente.

Por eso pasos sencillos como estos, pueden sernos de gran ayuda para realmente contribuir a la realidad en que se percibe nuestro amigo:

- Ante esa sensación de desamparo, sentirse criticado, condenado, incomprendido, NO CRITIQUEMOS, NO CONDENEMOS, NI NOS QUEJEMOS (principio #1 para ser amigable de Dale Carnegie)
- Ante la visión negativa, TENGAMOS PACIENCIA. Insistamos.
- Ante la sensación de desamparo, TENGAMOS PACIENCIA. Insistamos ofreciendo ayuda, sin tomarlo personal cuando obtenemos negativas. Permanezcamos nosotros entusiastas.
- Ante la negativa a hacer cambios, tengamos en cuenta que no es el momento de decisiones fuertes, APLAUDAMOS PEQUEÑOS PROGRESOS. SEAMOS CALUROSOS EN LA APROBACIóN Y GENEROSOS EN EL ELOGIO. (Principio 6 para ser un líder de Dale Carnegie)
- Ante las quejas, ESCUCHEMOS, SIN CONDENAR, SIN CRITICAR. Y muy probablemente sin aconsejar. Cuando nos buscan amigos en esta etapa, muy probablemente no necesiten nuestro consejo, si no, solamente una atenta escucha.
- No desestimemos ideas de suicidio. CON ASERTIVIDAD DEBEMOS DECIR QUE COMO NUESTRO DEBER, ESO DEBE SER REPORTADO A LA AUTORIDAD CORRESPONDIENTE Y HACERLO.
- Profundicemos conocimientos sobre el tema. Psiquiatras como la Dra. Marian Rojas Estapé, el Dr. Jorge Calle, pueden aportarnos ideas prácticas.

Enfoquémonos en los amigos que nos rodean y que pueden estar pasando este amargo proceso de depresión, y demos el cálido regalo de escuchar, comprensivamente. Nuestro mejor regalo será aportar nuestra esperanza, nuestro optimismo.

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