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Nora Buchanan, irreverente y talentosa

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Su obra es provocadora, su personalidad irreverente y el arte su vida; una compleja y colorida combinación que detona en los lienzos de Nora Buchanan. La artista plástica nos habla sobre su nuevo proyecto Sorbos de cielo recién molido y el futuro de Galería Ambulante. Fotos Nora Buchanan/ Teté Alemán

27/feb 2020

"Yo vivo por y para el arte. A mí el arte me dio la vida. Me levanto y ya estoy respirando, desarrollando y creando arte", dice Nora Buchanan, mientras espátula en mano esparce pintura sobre el lienzo. Lo hace con soltura, sin titubear.

Conocida por siempre reinventarse y por su independencia a la hora de elegir los elementos que formarán parte de sus colecciones de arte abstracto, no es sorpresa que hoy elija el café. "La pintura es una experimentación constante para mí. No me limito al momento de utilizar un elemento y plasmarlo. Siempre intento exaltar lo bonito que tiene Honduras y en esta ocasión, mi amiga Michelle Paredes me animó a usar café. Cada obra está realizada entre un 80 a 85 por ciento con café hondureño y el resto con pátinas y resinas", explica la artista.

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Desde ya su meta es llevar la colección Sorbos de cielo recién molido a Estados Unidos, Francia y Taiwán, donde también presentará su proyecto social Galería Ambulante, con la que ya visitó México y Colombia.

“Me gusta reírme de mí misma, de mis problemas, de mis desgracias. Me gusta reírme. Ver para atrás y decir ¿De verdad pasé por todo eso? Me encanta, lo disfruto”.

El Origen de Galería Ambulante

Si no creen que Nora Buchanan vive para el arte, Galería Ambulante les convencerá. "Un día mientras me duchaba, pensaba ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo inventar para este año? En ese momento escuché una ambulancia. ¡Oh ambulante, sí! Tengo el primer nombre. La siguiente pregunta fue ¿Ahora qué hago?".

A partir de esa anécdota nace un proyecto social ambicioso que en el plazo de dos años ha tocado la vida de 7 mil estudiantes de 50 instituciones educativas, en su mayoría del sector público, en el Distrito Central. "El fin es educar a través del arte. La idea surge con la necesidad de llevar arte a las escuelas públicas. Primero fue una muestra de pintura que hice hace dos años, Sinergía. Se la presenté a los estudiantes, les explique cómo la había hecho, y que comprobaran que podían hacer lo mismo con los elementos que ellos tenían a su alcance", comenta y agrega, "la del año pasado se basó en el concepto Más arte, Menos balas; llegando a zonas de difícil acceso.

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El objetivo era que ellos aprendieran sobre arte abstracto, lo aprecien y por medio del mismo también puedan desahogarse. El recibimiento que tuvo fue increíble; impresionante porque habían niños que no conocían el arte y jamás habían probado mezclar colores, utilizar su creatividad para desarrollarse", profundiza Buchanan.

A la vez señala: "tenemos niños de nueve a diez años que hablan ya de depresión, que hablan de soledad, que hablan de necesidad de cariño. El arte que ellos aprenden es una forma de canalizar, transmutar toda esa negatividad, convertirla en arte y ser los futuros grandes artistas que necesitamos aquí en Honduras".

"Con Más arte, Menos balas impartimos talleres en conjunto con otros artistas. Erick Oliva y Guillermo Mazier, entre otros, me apoyaron. Estábamos pendientes también de otros artistas de teatro, de cine, músicos pero por cuestiones de logística no se pudo expandir a todo el departamento de Francisco Morazán.

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Nora Buchanan ha presentado sus colecciones individuales en la galería de arte contemporáneo Códice en Nicaragua, Centro Cultural Kirchner en Argentina, Art Royal Salon en Taiwán, el Centro Cultural Mexicano en Nueva Orleans durante el tricentenario de la ciudad y el Instituto Cervantes en Japón. Foto Teté Alemán

Nora Buchanan, artista y ¿publicista?

Buchanan estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes; sin embargo, como nos cuenta, "por una casualidad de la vida, me llamaron de una de las mejores agencias de publicidad de Honduras, en ese momento. Otros me habían recomendado y por referencia fui y estuve siete años trabajando ahí. Aprendí todo lo que tenía que aprender pero me di cuenta que quería construir mi sueño. Lo mío siempre fue el arte, siempre había sido el arte".

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Cinco años después, manifiesta que no se arrepiente y que "en la vida estamos llamados a provocar una sonrisa". Sobre su primera exposición, la artista exterioriza: "¡Fue divertido! Tengo quince exposiciones individuales y la primera fue para agarrar valor. Yo la veo hoy y digo: ‘¡Wow!, Cómo ha evolucionado mi trabajo’. Pero era necesaria para agarrar valor, para educarme más, para seguir aprendiendo más, para jugar con los elementos que tenía a mi alcance. De mis exposiciones, diría que fue la más atrevida y valiente; pero dentro de esa valentía, sentí el primer placer más grande de mi vida por haberlo hecho, haber continuado y no haberme detenido ante la crítica".

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