La inalterable belleza de la Toscana aparece ante el visitante como un espejismo, un sueño renacentista donde la magia es eterna. Un recorrido por sus nueve provincias salpicadas de pueblos medievales, monumentos históricos y paisajes pintados de cipreses, viñedos y olivos es una experiencia tan hermosa como inolvidable. Déjate llevar y descubre a continuación porqué esta tierra auténtica, emblema de la cultura italiana del humanismo, es el escenario perfecto para el romance.
Comenzamos por Florencia. El encanto y la riqueza histórica de esta provincia eclipsa de inmediato. Ahí todo emana historia, leyenda, magia y romanticismo. Caminar por sus estrechas calles, admirar sus palacios, iglesias y villas es como retroceder en el tiempo y adentrarse por unos instantes en la cuna del Renacimiento. Ahí es necesario aprovechar el tiempo para descubrir dos de sus más grandes tesoros; la Galería de los Ufici, con sus 45 salas repletas de obras de los grandes maestros italianos, y La Academia, un recinto que alberga el tanta veces copiado David de Miguel Angel. También es necesaria una visita al Palacio Pitti, donde te encontrarás con la belleza eterna de los lienzos de Caravaggo y las madonnas de Rafael. Tampoco te pierdas un recorrido por la capilla de los Medicis, las iglesias de Orsanmichele y Santa María Novella y la Piaza de la Signoria y un paseo por el puente Vecchio.Cuando el sol comienza a caer, vale la pena una visita al campo toscano, donde como en una maravillosa postal, se puede contemplar el verde de los viñedos, donde nacen vinos como el famoso Chianti.
Nuestra siguiente parada es Siena. Un recinto amurallado de serena belleza donde impera un ambiente con un adorable aire rural. Conocida como La joya de la Toscana, sus imponentes murallas góticas acogen celosas verdaderos tesoros culturales. Cada verano, su espectacular Piazza del Campo es escenario de Il Palio, una carrera de caballos que es el mayor espectáculo de la península italiana desde hace más de 700 años. El Duomo y el Palazzo Publico son dos obras maestras del gótico italiano que no puedes perderte, así como un recorrido por la Pinacoteca Nacional. Tampoco dejes de dar un paseo por la zona de Monte Maggio, con sus maravillosos pueblos medievales.
El recorrido continúa en San Gimignano. Un seductor pueblo medieval que conserva intacto su encanto. Sus catorce torres de piedra y sus edificios escalonados forman un conjunto armonioso que se funde con la naturaleza del paisaje. San Gimignano fue un asentamiento etrusco y después medieval. El lugar siempre fue muy deseado por su riqueza económica, su tierra fértil y su posición privilegiada en una colina de 332 metros de altura. Aquí vale la pena pasear por sus centenarias calles con diversos establecimientos donde puedes probar sus famosos vinos. Museos como el Cívico, el Arqueológico o el de arte sacro bien valen un recorrido, así como el primer Museo del Vino.
El siguiente destino es Pisa, cuyo patrimonio se extiende mucho más allá de su famosa torre inclinada. Y es que en esta ciudad, que compitió con Florencia tanto política como artísticamente durante siglos, se pueden ver otros monumentos, comenzando por la Plaza de los Milagros, una de las más hermosas del mundo. En ningún lugar de Italia se puede contemplar un conjunto religioso tan perfecto y proporcionado como en Pisa, El duomo, el baptisterio y la torre comenzaron a construirse en el siglo XI, mezclando sutilmente piedras de color gris y blanco y terminándose 200 años después. Sinuosos caminos rodeados de olivos plateados, viñedos, azucenas y cipreses nos llevan a Lucca, un magnífico recinto medieval con calles plenas de palacios y plazas,en las que siempre surge una iglesia de origen románico. Allí se encuentran los principales edificios civiles y religiosos; el Palacio Ducal, las iglesias San Giovanni y Reparata y la Opera. Aunque se puede recorrer en bicicleta, lo ideal es caminar por sus calles y especialmente por los jardines de sus magníficas villas.
Arezzo, por su parte, ejerce un inevitable magnetismo entre los turistas que llegan en gran parte, atraídos por la enorme feria de antigüedades que se realiza los primeros sábados de cada mes. Aunque su Plaza Mayor es una de las más bellas de Italia, la principal atracción de esta provincia siguen siendo los frescos del pintor Piero dela Francesca en la basílica de San Francisco. Arezzo también está relacionada con otros dos grandes artistas; Miguel Angel, que nació en Caprese, y Paolo Ucello, que nació en Pratovecchio.
PURO SABOR.
Cada provincia de la Toscana tiene sus propias especialidades, no dejes de probar la bistecca alla florentina o la liebre con piñones en Florencia; la torta de arroz, fruta y licor de Pisa; los chorizos de Siena y la acquacotta de Arezzo, la mejor sopa de cebolla del mundo.
SHOPPING.
No te pierdas la oportunidad de los Outlet Shops, donde podrás adquirir a un 50 % menos, piezas de diseñadores italianos. Las artesanías en terracota de Siena son un must, así como la orfebrería de Florencia.
HOTELES.
Lo más romántico es alojarse en un palacio, villa o hacienda rural. Si prefieres un hotel los más recomendables son el Grand Hotel, Villa San Michele y el Castello Nero en Florencia, Il Borro, en Arezzo y el Campo Regio Relais en Siena.